A siete años de su desaparición física, la UNEAC le dedicó, en la Sala Villena, un panel que rememorara la vida y la obra del escritor e investigador Enrique Cirules, unos de los autores contemporáneos cubanos más relevantes.
El narrador y ensayista Francisco López Sacha lo catalogó como uno de los máximos representantes del género testimonio en Cuba, investigador acucioso y poseedor de una cercanía estilística con el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway. Sacha comentó que Cirules «trabajó al Hemingway beligerante y revolucionario que se dedicó a cazar submarinos a lo largo del canal viejo de Bahamas y el Norte de la provincia de Camagüey». Y del mismo modo dijo que «hay anécdotas muy hermosas que él logró rescatar en voz de algunos testimoniantes y también de investigaciones que él realizó».
Durante el homenaje al autor de Conversación con el último norteamericano, se destacaron los puntos de contacto del creador nacido en Nuevitas, Camagüey, con Pablo de la Torriente Brau y el realismo estadounidense.
En tanto el periodista Freddy Moros —y quien fuera su amigo— significó su humildad y nobleza. También reconoció su amplia bibliografía resaltando el texto El imperio de La Habana, laureado con el Premio Casa de las Américas en 1993 y el de la Crítica Literaria en 1994.
Su hijo, Manuel Enrique Cirules contó anécdotas memorables dentro del entorno familiar y agradeció a la UNEAC por el homenaje.
«Nos sentimos muy felices de estar aquí reunidos entre tantos intelectuales relevantes, amigos, compañeros de su tiempo, donde se ha hecho alusión a su obra literaria con profundidad. Se ha hablado de libros importantes que él tiene como El imperio de La Habana, como Conversación con el último norteamericano y se han ofrecido puntos de vista acerca de su formación autodidacta».
Más allá de las letras, Enrique Cirules posee una vasta obra como historiador y analista, con su originalidad supo atraer a un público seguidor del género testimonio.
Versión Radial
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