«Hay hombres que ven lo que otros hombres no ven [o no quieren o no pueden ver]». Con ese aforismo martiano, quiero ilustrar la reseña que le hiciera al libro Para vivir como tú vives, compilado por las periodistas Sonia Pérez Sosa y Belkis González Abreu, así como por el diseñador Carlos Sutil Álvarez, para evocar el aniversario 54 del vil asesinato de que fuera víctima el comandante Ernesto Guevara de la Serna (1928-1967), en la selva boliviana.
Dicha obra recoge —en apretada síntesis— la vida y la obra del Guerrillero Heroico, está dirigido a la juventud cubana y de toda partes del orbe, e inspirado en el poema «Che, Comandante, amigo», que le brotara del alma al Poeta Nacional Nicolás Guillén (1902-1989), presidente fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), para honrar la memoria del Héroe de la Batalla de Santa Clara.
Ese material incluye fotos conocidas e inéditas del Che, así como frases del revolucionario argentino-cubano y del Comandante Fidel Castro Ruz (1926-2016)
Desde el punto de vista estructural, se encuentra dividido en cinco etapas de la vida del comandante Guevara de la Serna; imágenes y textos, que van desde la infancia, la adolescencia y la juventud de Ernestico hasta su infatigable caminar como combatiente internacionalista en la Sierra Maestra, el Congo y Bolivia, donde fuera salvajemente asesinado por soldados del ejército de ese país andino y agentes de la tenebrosa Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Por otra parte, el contenido aparece en las lenguas cervantina y shakesperiana, para que el mensaje ético-humanista que transmite llegue no solo al pueblo cubano, sino también que trascienda las fronteras geográficas insulares.
En ese libro, son evocados aquellos momentos únicos e irrepetibles vivenciados por los hombres y mujeres que estuvieron junto al Che, quien fuera fundador, colaborador principal y preclaro guía de la revista Verde Olivo; momentos y situaciones que quedaron registrados para siempre en la memoria poética de quienes trabajaron a las órdenes del médico-guerrillero en ese medio de prensa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), creado por iniciativa del invicto Comandante de América, cuyo espíritu está en todos los rincones del planeta, donde se cometa cualquier tipo de injustica contra un ser humano.
Me agradaría finalizar parafraseando una cita del escritor, periodista y combatiente internacionalista, Pablo de la Torriente Brau (1901-1936), héroe-mártir ultimado por las balas fascistas en Majadahonda durante la Guerra Civil Española (1936-1939):
El comandante Ernesto Guevara de la Serna fue, es y será un «hombre de la Revolución hasta que las balas homicidas [le destrozaron el cuerpo, pero no el espíritu], y aquel entusiasmo indómito que [latía] en [el eterno guerrillero] se apagó de pronto […]. El imperialismo [yanqui] siempre mató a los mejores hombres. Hasta un día en que le estrellará el arma [asesina] en las manos. Hombres como [el Che viven] después de muertos, y [su nombre] estremecerá como un remordimiento a [quienes odian y destruyen], y alientan como un triunfo a [las personas de buena sangre y buen corazón]».
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