José Martí en su poesía trató con frecuencia el tema de la vida como lucha y ascensión muy vinculado al tema de la muerte. Así en las sendas de la muerte, podemos encontrar dentro de los Versos varios —que son una agrupación de poemas conformada por todos aquellos textos escritos durante la década del ’80 que no publicó—, «una extraña elegía»[1] titulada «A un joven muerto», poema cuyo original se encuentra en el cuaderno manuscrito de Ismaelillo. Luego de la primera estrofa, que es más bien una visión plástica de la muerte, el hablante lírico convoca a la continuación de una obra interrumpida. Siente como la necesidad de la asunción de un deber irrevocable. Para él la vida es cambio, es lucha, combate y ciclo. Así lo ético se ocultará en el todo:
Vedle! En la seca garganta Apagada está la nota: El brazo ya no levanta La copa de oro, que rota Por la mística muerte, En la pálida mano mal huida Su myosotis y sus violetas vierte Mustias al pie del luchador sin vida. Niños, que vais con el arma Cargada y luciente al hombro, —Al soldado que desarma Muerte importuna, al escombro De un águila aposento Ayer, y hueco ahora, Interrogad, y osado cumplimiento A su obra rota dad: ¡así se llora!
El poeta proclama que el lamento ha de trocarse en obra, en comienzo de un nuevo ciclo. En el poema, según Fina García Marruz:
(…) hay expresiones que, de puro eficaces, se nos pasan inadvertidas una vez que rinden su servicio comunicativo, aciertos delicadísimos de precisión, como (…) el detalle de la mano que parece viva aún, como si no hubiera acabado de escapar, de ella sola, la vida: «En la pálida mano mal huida…».[2]
En cuanto a la métrica del poema, Guillermo Rodríguez Rivera reconoce que es «cuarteta». «Martí la mezcla a una variedad de cuarteto endecasílabo, donde sustituye el primer verso por un heptasílabo (…) La atrevida combinación produce una polirritmia sumamente original».[3]
En la muestra no faltan lecciones éticas estructuradas en tono leve, como de canción. Véase el texto «Dolora Griega»[4], fechado como de 1880. En dicho poema la crítica especializada observa marcadas influencias del poeta español Ramón de Campoamor (1817 – 1901), apreciables en la presencia de la reflexión, los diálogos internos, el moralismo o didactismo, el tono coloquial y festivo.[5] Se vinculan aquí lo ético y lo amoroso, y «el humor (…) alterna con un mensaje moralizante de carácter universal, que se expone de modo explícito y se añade al final del poema a modo de conclusión provechosa.[6] «[Fuera del mundo]» está contenido en el Cuaderno de apuntes 11, y lo conforman dos cuartetos:
Fuera del mundo que batalla y luce Sin recordar a su infeliz cautivo, A un trabajo servil sujeto vivo Que a la muerte temprano me conduce. Mas hay junto a mi mesa una ventana Por donde entra la luz, y no daría ¡Este rincón de la ventana mía Por la mayor esplendidez humana!
Subliminalmente queda englobada en esta claridad, en esta salvación, la escritura, el oficio de la escritura. En estos versos de tono confesional, calificados como una de las «notas de imágenes tomadas al vuelo»,[7] son evidentes las resonancias éticas. Llama la atención en el plano estilístico la utilización de un osado hipérbaton en el tercer verso, en función de la rima, todo lo que trae como consecuencia una oración de relativo con antecedente no contiguo. Elemento que complejiza la sintaxis. Los requiebros del poeta toman formas diversas en el mismo Cuaderno de apuntes 11. Así, en sugerente reflexión, da cabida a un sentimiento similar al expresado en el texto «Fuera del mundo»: «Siento que todas las nubes de la tierra descienden sobre mi corazón —Ni mi cuerpo ni mi alma pueden ya resistir este combate por la limpieza en mis afectos que parece imposible de lograr—». Aquí arranca la idea de que la muerte, como todo en Martí, ha de ser útil, arar, fructificar.
[1] Augier, Ángel. «Martí, y su influencia innovadora en la poesía de América», en Acción y poesía en José Martí .Editorial Letras Cubanas, 1982, La Habana, p. 219.
[2] García Marruz, Fina. «Los versos de Martí», Temas Martianos, 1ra serie, Biblioteca Nacional José Martí, p. 246.
[3] Rodríguez Rivera, Guillermo. «La métrica en Flores del Destierro» Revista Universidad de la Habana 30 (178): 23 – 26, mar.-abr., La Habana, 1996, p. 31.
[4] Texto musicalizado por Amaury Pérez en el disco Poemas de José Martí cantados por Amaury Pérez, coedición de la Casa de las Américas y el Centro de Estudios Martianos, EGREM, 1978.
[5] Consúltense Mercedes Serna. Estética e Ideología. José Martí y España. (Tesis Doctoral) p. 549 y Carlos Javier Morales. La poética de José Martí y su contexto, Editorial Verbum, 1994, Madrid, p. 474.
[6] Ídem.
[7] Ver Emilio de Armas en Un deslinde necesario: Versos libres y Flores del destierro. Editorial Arte y Literatura, 1978, La Habana, p. 95.
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