
Poeta libanesa de expresión francesa, Nadia Tuéni nació en Baakline, Líbano, el 8 de julio de 1935. Hija de un diplomático y escritor de religión drusa, y de una madre francesa, Nadia creció entre la lengua árabe y el francés. Su obra poética se nutrió de ambas culturas.
En 1954, tras interrumpir sus estudios de abogacía en la facultad de Derecho de la universidad Saint-Joseph de Beyrouth, contrae matrimonio con Ghassan Tuéni, periodista y diputado de Beyrouth, quien sería embajador del Líbano en la ONU de 1977 a 1982.
Tuvieron dos niños y una niña: Gébrane, periodista asesinado el 12 de diciembre del 2005 en Beyrouth; Makram, desaparecido en un accidente automovilístico; y Nayla, quien muere a los siete años a causa de un cáncer. Esta pérdida afectó profundamente a Nadia y la llevó a escribir su primer poemario, Les textes blondes, publicado en 1963. En 1965, a la poeta le diagnostican la misma enfermedad que había provocado la muerte de la pequeña Nayla. En 1967, Nadia comienza a publicar textos en la sección literaria del periódico libanés Le Jour, y escribe para varias publicaciones árabes y francesas.
Nadia Tuéni llegaría a obtener el premio Archon-Despérouses de la Academia francesa en 1973. Muere el 20 de junio de 1983 en Beit Meri, Líbano.
A continuación, del poemario Liban: Vingt Poèmes pour un amour (Líbano: Veinte poemas para un amor), presento algunos fragmentos del poema Mon pays (Mi país).
Mi país
Mi país longilíneo tiene brazos de profeta.
Mi país limitado por el odio y el sol.
Mi país donde el mar tiene trampas de orfebre
a las que llamamos ciudades submarinas,
a las que llamamos milagro o jardín.
Mi país donde la vida es un país lejano.
Mi país es memoria
de hombres duros como el hambre
y de guerras más antiguas
que las aguas del Jordán.
Mi país que despierta,
proyecta su rostro sobre el vacío de la tierra.
Mi país vulnerable es un pájaro de luna.
Mi país empalado en el hierro de las conciencias.
Mi país en colores es una gran cometa.
Mi país donde los vientos son un nido de víboras.
Mi país que de un trazo rehace el paisaje.
Mi país que se viste de uniformes y gestos,
que culpa a una flor de ser flor.
Mi país con mirada de duda y plegaria.
(…)
Mi país difícil como un largo poema.
Mi país más dulce que el hombro amado.
Mi país que se parece a un libro para niños
donde el cañón despierta a la Bella Durmiente del Bosque.
(…)
Mi país que desaparece un día sobre el camino.
Mi país que se rompe como pedazo de ola.
Mi país donde el verano es un posible invierno.
Mi país que viaja entre sueño y mañana.
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