Como parte de las actividades organizadas por la Casa del Alba Cultural en el contexto de la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana, se desarrolló hoy el panel Cuba (1961-1976) proceso de institucionalización de la cultura y de definición e instrumentalización de la política cultural de la Revolución.
El encuentro contó con la participación de la doctora Caridad Masón y el licenciado Pablo Argüelles, junto con el intelectual Rafael Hernández, director de la revista Temas, quien moderó el diálogo.
Antes de iniciar las ponencias, Rafael explicó las diferentes instancias o fases que experimentan las políticas, desde su concepción hasta el momento en que se implementan y aplican. Además, aclaró que estas decisiones no se aplican en el vacío, sino en un medio social determinado.
«La políticas culturales, a diferencia de las de defensa, por ejemplo, son aplicadas por muchas instituciones», añadió el moderador. En ese sentido, la aplicación de dichas políticas está influida por los medios, las relaciones internacionales, la docencia y otras actividades públicas.
Pablo Argüelles tuvo la responsabilidad de abordar algunos rasgos del relevo institucional con el triunfo revolucionario de 1959. Se refirió a animadores y sociedades culturales provenientes de diferentes sectores del nuevo régimen sociocultural.
Argüelles también mencionó una serie de organizaciones que, aunque se crearon antes del 1ero de enero de 1959, se mantuvieron vigentes (con algunas modificaciones en su funcionamiento) durante la coyuntura fundacional de la Revolución. Esto ratifica que, como bien definió Rafael, este fue un proceso de ruptura y continuidad desde sus inicios.
A cargo del análisis en el período de 1959 a 1961, Caridad Masón insistió en la importancia que tenía desarrollar la cultura en ese momento. «Era necesario –dijo– ir conformando un ideal social que sellara la unidad». Y fue algo que se hizo desde la propaganda y la difusión ideológica en pos de la concientización revolucionaria.
Para todos los presentes, la labor cultural más importante fue la Campaña Nacional de Alfabetización durante 1961. La catalogaron como una verdadera revolución dentro del conjunto de transformaciones que vivió el país.
En otro sentido, también se refirieron a las manifestaciones del marxismo en la vida sociocultural de Cuba, a partir de la aplicación del realismo socialista en todas las manifestaciones del arte. Y de la manera en que gran parte de nuestra intelectualidad se permeó de corrientes experimentadas en otros países socialistas.
Sin duda, el mayor peso recayó en la polémica provocada por la proyección del corto audiovisual PM, y la manera en que la dirección política y cultural hizo frente al fenómeno. De hecho, los presentes regresaron a Palabras a los intelectuales y a los encuentros entre Fidel Castro y los artistas cubanos.
Al decir de Rafael, es esta una temática que demanda una sucesiva indagación y aún así nunca lo sabremos todo. Por eso, invitó a releer, con lápiz en mano, el texto que recoge el discurso del líder de la Revolución, donde no solo se expresa la idea: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada».
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