Dice el viejo refranero que una cosa es pintar la paloma y otra que abra el pico y que coma. Ese es también el dilema de quienes ejercen la crítica literaria o de arte; la ética y la estética que se derivan de los usos de cada época. San Agustín arrastró a la Edad Media el acertijo de los grandes misterios, al decir: «Si no me lo preguntan, lo sé; si me lo preguntan, no lo sé». Ahora, cuando los monasterios no son los guardianes del espíritu humano de siglos, son los llamados medios de comunicación masiva y sus propietarios los encargados de crear y difundir el credo de las multitudes, encaminado fundamentalmente a complacer gustos y preferencias de toda índole e intención.
Sin un empeño suntuoso, en el crepúsculo de los que fueron éxitos de grandes jalones de la Historia, todavía puede resultar útil la propuesta de Plotino: Definir los grandes efectos, no por lo que son, sino por lo que no son.
Justo de Lara, Mañach, Sanguily, Portuondo, Pogolotti, Valdés Rodríguez, Mirta Aguirre, fueron todos, en su momento, celosos depositarios del análisis de valores de la cultura cubana, cuando los valores clásicos exaltaban, en artes y letras, el carácter tradicional de la cultura nacional y su legado al servicio de la sociedad. No; no son valores afirmativos, a preservar, muchas de las muestras que hoy sirven al apotegma posmoderno de «Todo vale».
Rufo Caballero, joven y talentoso crítico del presente, se encuentra ante sí con un espejo deformante de una globalizada expresión cultural que busca, tabula rasa, homogeneizar los procesos culturales, aun a costa de los antiguos y probados paradigmas. Pero no es este bisoño y brillante escritor un desaliñado exponente de un género cuya decadencia presente debe provenir del mustio panorama que quiere ensombrecer el acervo de valores asentados, los cuales, en su declinio, todavía representan valores a preservar.
No. Rufo Caballero dispone —prueba al canto— de un arsenal poderoso que lo dota —sin dejar a un lado los impulsos que lo nuevo reclama— para navegar con provecho en las procelas de un mar de leva que nos atañe y nos amenaza.
Texto incluido en el volumen Nadie es perfecto. Crítica de cine, de Rufo Caballero (Ediciones ICAIC, 2023).
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