El 28 de octubre de 1999 muere Rafael Alberti; escritor español, pintor, especialmente reconocido como poeta, miembro de la generación del 27, considerado uno de los mayores literatos de la llamada Edad de Plata de la literatura española.
Miembro activo del Partido Comunista de España, fue antifascista y se exilió tras la Guerra Civil. Vivió en París, Francia, donde se le negó el permiso de residencia por ser catalogado de «comunista peligroso». Viajó a Roma, Buenos Aires y Chile. Vuelto a España tras la instauración de la democracia, fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 1983.
En casa de una familia de origen italiano, de acomodados bodegueros, nació este poeta de versos sonoros, que fue expulsado en 1916 del colegio de jesuitas “San Luis Gonzaga” por mala conducta que lo conllevaron a obtener malos resultados académicos, ya que la disciplina de la institución no venía a bien con el carácter del joven.
Decide seguir su vocación de pintor, demostrando gran capacidad estética para captar el vanguardismo de la época. Consigue exponer en el Salón de Otoño y en el Ateneo de Madrid.
En 1920 muere su padre Vicente Alberti, aflorando el Rafael poeta, pues ante el cadáver de su progenitor escribe sus primeros versos que serían incluidos en el libro Marinero en tierra, escrito en su retiro tras presentar una afección pulmonar. Por ello recibirá el Premio Nacional de Poesía convirtiéndose en una figura cimera de la lírica española.
En 1927, el premio Cervantes, premio Príncipe de Asturias, en ocasión del tricentenario de la muerte de Luis de Góngora, el grupo de poetas decidió rendir un homenaje en el Ateneo de Sevilla al maestro del Barroco español. Aquel acto supuso la consolidación de la llamada generación del 27, protagonista de la Edad de Plata de la poesía española.
Su lírica se distingue en cinco momentos: popularismo, gongorismo, surrealismo, poesía política y poesía de la nostalgia. Se considera la fase surrealista como el libro mayor del poeta, donde el clasicismo es roto, con sus tonos apocalípticos, la densidad de las imágenes, la violencia del verso y la creación de un mundo onírico e infernal, para terminar con un humor social y delicioso. Es alimentado por la crisis existencial del poeta en combinación con la crisis que en esos momentos sufría el mundo occidental.
Murió en su casa de El Puerto de Santa María, su ciudad natal. Sus cenizas fueron esparcidas en el mismo mar de su infancia, aquel que cantó en su primera gran obra.
Lo que dejé por ti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Ver en Youtube el video «Balada para los poetas andaluces de hoy» con voz de Rafael Alberti y musicalizado por Rosa León
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