Ramón Julián Meza y Suárez-Inclán, o Ramón Meza como comúnmente firmaba, fue una de las voces más resonantes de la literatura decimonónica cubana. Meza fue un intelectual todoterreno: abogado, periodista, novelista, profesor, legislador y crítico literario, nacido el 28 de enero de 1861 en La Habana.
Su fecundísima labor periodística debutó en la Revista de Cuba en 1884, mismo año en que comenzó a colaborar con La Lotería y La Habana Elegante, donde llegó a ocupar el cargo de redactor. En 1898 se trasladó a Estados Unidos y colaboró en los folletines de la revista Cuba y América, donde apareciera un año después su novela En un pueblo en la Florida (1899).
Pero es justamente su obra narrativa, en particular su novela Mi tío el empleado (1887), su faceta creativa más analizada y objeto de la crítica especializada. Dijo José Martí que el estilo deesa novela «es tan preciso que parece una hoja de espada a la vaina».
Y que en ella «cuéntase cómo se va en Cuba de Cuevas a Coveo, cómo se enriquecen a oro limpio y cara de jalea, los empleados, cómo chupan, obstruyen, y burlan el país que pasa en la sombra discreta de la novela como una procesión de fantasmas lívidos y deshuesados…», elogios cual retrato de una prosa comprometida con la independencia de Cuba y la denuncia sesgada a la colonia.
Ese estilo recto y conciso que refiere el Apóstol es una marca subrayada en la poética de Meza, como la sobriedad en los detalles y descripciones, lo testimonial en el narrar y, por supuesto, la parodia con que ensalza al protagonista, rasgos que contrastan tremendamente con lo bien poco que se conoce hoy de su aguda ensayística, sus aportes a la pedagogía, o sus artículos periodísticos.
Cuantiosas fueron sus publicaciones dentro y fuera de Cuba, artículos costumbristas, descripciones de monumentos y lugares, biografías de cubanos y españoles ilustres que, como mínimo, fecundan el retrato y la historiografía de una nación en ciernes.
Otras de sus colaboraciones aparecieron en los periódicos de la época La Unión de Güines, Patria, El Fígaro… Y otra novela de gran impacto fue Ilustres, sátira de la aristocracia cubana, que permaneció inédita y en la actualidad se considera extraviada.
«Las pascuas», «La procesión de resurrección», «El día de Reyes», «El carnaval antiguo» son algunos de sus artículos de costumbres cubanas.
Asimismo, publicó discursos y trabajos históricos como sus investigaciones biográficas sobre Eusebio Guiteras (1908) y Miguel Melero (1909), Cirilo Villaverde, La Condesa de Merlin…; un ensayo sobre Julián del Casal (1910); un discurso por la muerte del General Máximo Gómez (1905); una historia de la educación cubana inconclusa; e incontables ensayos sobre temas literarios.
Meza, el retratista cubano por excelencia de costumbres y tipos, pintó con letras la sociedad de su tiempo. Fe de ello es el valioso corpus articulista disperso en diarios y revistas, que aguarda por ser leídos y estudiados hoy día. Un autor cubano digno de revisitar, y del que apropiarse para bien de la literatura y la cultura cubanas.
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