Pocos días después de creado el Instituto de Literatura y Lingüística (ILL) en 1965, el Doctor Antonio Núñez Jiménez, entonces presidente de la Academia de Ciencias, autorizó mi traslado del Departamento de Traducciones para el ILL, como había prometido por mi interés en la lingüística. Así conocí, al llegar, a nuestro primer director, el eminente José Antonio Portuondo.
La investigación en el Departamento de Literatura marchaba ya contando, inclusive, con José Lezama Lima; la investigación lingüística estaba por nacer.
En los siguientes cuatro años, la incorporación de Antonia María Tristá, Graciela Pérez, Nuria Gregori, Teresa Noroña, Sergio Valdés y Gisela Cárdenas —primeros lingüistas cubanos graduados en la Unión Soviética y Checoslovaquia― permitió conformar un Departamento de Lingüística con planes de investigación que se enriquecieron cuando arribaron, en los años 70 y 80, Victoria Carneado, Raquel García, Alina Camps, Isabel Martínez, Max Figueroa, Rodolfo Alpízar, Carlos Paz, Lidia Santana, Aurora Camacho, Lourdes Montero, América Menéndez, Vladimir Pérez, Puica Dohotaru y Luis R. Choy.
Las indagaciones científicas del Departamento de Lingüística han continuado y ampliado nuestras tradiciones lexicográficas, fonéticas y gramaticales; fundaron en Cuba las investigaciones de fraseología, entonación, geolingüística, pragmática lingüística y toponimia, cuyos resultados aportan conocimientos novedosos sobre el español de Cuba y cuyas metodologías y conceptos aún son útiles para nuevos estudios; generaron textos de teoría lingüística y descripciones del criollo haitiano en Cuba, así como han hecho importantes aportes a los proyectos conjuntos con las universidades. Aleida Sotolongo, María Valdés y Caridad Rivero apoyaron la investigación en el Departamento de Lingüística.
Recuerdo con admiración la entrega de Vitelio Ruiz, Eloína Miyares y sus colaboradores en Santiago de Cuba a la búsqueda de conocimientos y a la enseñanza del español de Cuba.
Mi reconocimiento a José Antonio Portuondo y Antonio Núñez Jiménez, visionarios que abrieron la senda a la investigación lingüística en Cuba cuando crearon este Instituto.
Gracias a los compañeros que me brindaron enseñanza y amistad. Mi modesto homenaje a quienes seguimos apreciando, aunque ya no estén: Antonia María Tristá, Graciela Pérez, Max Figueroa, Teresa Noroña, Victoria Carneado y Gisela Cárdenas.
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Ver la publicación anterior de esta serie por el 57 aniversario del Instituto de Literatura y Lingüística «Notas desordenadas mientras los recuerdos se suceden a saltos».
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