
José Martí arriba a México con 22 años. En la tierra de Juárez comprende el peligro que para ellos representa el codicioso vecino del Norte; allí conoce a Manuel Mercado y se desarrolla su sentimiento antianexionista. Por entonces, trabaja sistemáticamente en el periodismo y publica su primera crónica para el periódico Revista Universal, donde laboró hasta fines del año 1876 y llegó a formar parte de su cuerpo de redactores; donde expuso sus opiniones acerca del acontecer político del país y sus preocupaciones por el presente y futuro de Nuestra América.
En esta primera crónica el Apóstol comentó acerca del homenaje que se le había tributado al patriota Miguel Hidalgo.[1] Además, se refirió a la propuesta que había hecho Francisco Rodríguez, a quien catalogó como un hombre anciano de voz tranquila.
Igualmente, compartió sus ideas sobra la construcción de un monumento a la memoria inmortal de Miguel Hidalgo, una propuesta que había sido aprobada por el Congreso mexicano. En la Revista Universal redactó crónicas parlamentarias, críticas de teatro, de arte y los famosos boletines que firmaba con el seudónimo de Orestes. Dato curioso es que en esta revista fue donde único Martí utilizó el seudónimo de Anáhuac.
Al llegar a México, Manuel Mercado le presenta a José Vicente Villada, redactor y propietario de la Revista Universal, un diario de política, literatura y comercio, a su joven amigo quien llegó al país azteca para reunirse con su padre y hermanas. La publicación fue la plataforma idónea para que Martí desarrollara una fecunda labor periodística.
Desde la Revista Universal Martí pudo expresar su preocupación por la situación política por un país que comenzó a considerar como suyo, llegando a tener aproximadamente 44 boletines, 10 boletines parlamentarios, siete crónicas sobre Europa, 32 críticas de arte, 254 sueltos y gacetillas, un cuento y una obra de teatro, así como 32 crónicas.[2]
Con una prosa que tiene mucho de poesía y sensibilidad Martí ejerció el oficio en un caleidoscopio de temáticas disímiles. Él bien lo sabía y lo demostró: «La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo».[3]
[1] Reconocido teólogo, académico y militar mexicano, conocido como El cura Hidalgo, considerado el Padre de la Patria mexicana.
[2] Rodríguez de la Cruz, Laura: «México en Martí. La cultura en el ideal martiano de la República». Memoria. Archipiélago. Revistas UNAM (s/f).
[3] J.M.: «Boletines de Orestes», Revista Universal, México, julio 8 de 1875. Obras Completas, tomo 6, pág. 263.
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