La presentación del libro El asesinato del Che en Bolivia. Revelaciones, de los escritores Froilán González García y Adys Cupull Reyes, junto a las diversas historias que ocuparon a los investigadores en la confección de ese título, se efectuó en la Casa de la Prensa de Camagüey, con motivo de la 29 Feria Internacional del Libro y la amplia Jornada por el Día de la Prensa Cubana.
Durante el lanzamiento de la publicación, que recoge entrevistas a campesinos, reporteros, historiadores y otras personas que ofrecieron datos valiosos sobre la guerrilla de Ernesto Guevara de la Serna, González García se refirió al complejo proceso de persecución de las pistas para responder a preguntas relacionadas con el destino fatal de los valerosos combatientes y su legado en Bolivia y en América Latina:
Estábamos muy interesados en develar incógnitas como la manera en que sucedieron los últimos minutos del Che, si ultrajaron su cuerpo, qué había sido de su cadáver y el de sus compañeros. Así nos adentramos, se pudiera decir, de manera clandestina, en la selva desde Ñancahuazú a la Higuera, recorriendo villorrios, los lugares donde acampó, hasta llegar al sitio en el que fue asesinado.
Un rol fundamental en la pesquisa la desempeñó el jefe del departamento técnico de la CIA, en aquel país latinoamericano, quien entregó importantes documentos y accedió a ser entrevistado para ofrecer detalles significativos de la injerencia norteamericana y su alta participación en la captura y asesinato del Guerrillero Heroico y sus hombres.
Según expresó Froilán, el pueblo boliviano fue solidario al
preservar los lugares en lo que cayeron esos heroicos hombres. Un ejemplo de ello fue cuando el propietario de una finca próxima a Valle Grande, llamado Vicente Zabala, nos llevó hasta el sitio donde estaban enterrados cuatro combatientes entre los que se encontraba el Moro.
Acerca de la ayuda ofrecida por los habitantes de la zona, Adys Cupull expresó que
muchos no sabían de cuánto aportarían a esta investigación, pero sí estaban seguros de que realizaban una buena obra. Y así fue porque de esta manera contribuían a revitalizar su historia, una parte de esa memoria de América Latina que más tarde, un líder como Evo Morales dignificó con la llegada al poder.
Sobresalió también en el encuentro la intervención del periodista del periódico Adelante, Eduardo Labrada Rodríguez, acerca del día en que conoció al Che, en medio de una faena de trabajo en el campo. Ponderó el reportero la sagacidad del líder para responderle preguntas a una compañera de oficio, de un diario extranjero, y consideró que su presencia en Camagüey se traducía siempre en «la confianza en que el territorio podría industrializarse y superar las barreras impuestas por nuestros vecinos del norte».
En la tarde de este jueves les fue conferida la distinción de Hijo Adoptivo de Camagüey, a Froilán González García y Adys Cupull Reyes, en el Salón de Protocolo Guillén, situado en la base de la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte Loynaz, por haber desarrollado su profesión con ética patriótica al servicio de la Revolución y una obra de 46 títulos relacionado con la historia de personalidades de Cuba y de otras naciones.
«Nos sentimos muy honrados y le agradecemos a las autoridades y al pueblo camagüeyano este mérito. Les prometemos que seremos leales a ustedes, que es ser leales a Cuba y a la Revolución. Seremos soldados que honraremos a esta ciudad», dijo Froilán.
Varios de los títulos de estos autores han sido traducidos a diversos idiomas y publicados en países como Argentina, Uruguay, México, Guatemala, Venezuela, Ecuador, España, Portugal, Alemania, Bélgica, Turquía, entre otros. Ambos han participado, además como productores y guionistas de audiovisuales que rescatan la memoria histórica como los seriales La grandeza del silencio y Semillas del Ñancahuazú.
Tomado de Adelante
Visitas: 65