Oswald de Andrade (11 enero 1890-22 octubre 1954) fue uno de los nombres más destacados del modernismo brasileño en la literatura y uno de los promotores de la Semana de Arte Moderno en 1922. La iniciativa la llevó a cabo junto a artistas tan importantes de la época como Anita Malfatti, Tarsila do Amaral —con quien se casó en 1926—, Víctor Brecheret y Menotti del Picchia entre otros. Su primer drama lo escribió en 1913 titulado «A recusa».
Con la ayuda de su madre fundó el semanario O Pirralho, que vio la luz entre 1911 y 1918. Fue colaborador de la revista Klaxon, publicación destacada del movimiento modernista. Mientras residía en París, de Andrade publicó el manifiesto fundacional del grupo Pau Brasil (Manifiesto da Poesía Pau Brasil), libro de poesía en el que ofrecía una interpretación lírica y a la vez humorística de Brasil.
Su producción dramática incluye las obras O homem e o cavalo, A morta y O rei da vela. En 1922 publicó Los condenados, la primera novela de su «Trilogía del exilio». Además escribió la primera gran experiencia de prosa modernista en la literatura brasileña: Memorias sentimentales de Joao Miramar (1924). Esta novela, influida por el lenguaje cinematográfico, presenta en una mezcla de prosa y poesía, fragmentos de la vida de Miramar.
Escapulario
En el Pan de Azúcar De Cada Día Danos Señor La Poesía De Cada Día.
El descubrimiento
Seguimos nuestro camino por este mar de largo Hasta la Octava de Pascua Topamos aves Y hubimos vista de tierra.
Hospedaje
Porque la misma tierra es tal y tan favorable a los que van a buscarle Que a todos agasaja y convida.
salubridad
El ser ella tan salutífera y libre de enfermedades
Procede de los vientos que cruzan en ella
y como todos proceden del lado del mar
Vienen tan puros y colados
Que no solamente no dañan
Más recrean y acrecientan la vida del hombre.
Amor de enemiga
Puesto que alguna
Por el amor que le tiene
Suelta también el preso
Y se va con él para sus tierras.
vicio del habla
Para decir mijo dicen mío
Para decir mejor dicen meor
Para decir peor peó
Por teja dicen teha
Por tejado dicen tehado
Y van haciendo tejados.
El recluta
El novio de la joven Fue a la guerra Y prometió si muriese Venir a escucharla tocar piano Mas se quedó para siempre en Paraguay.
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Poemas tomados de l blog Transtierros
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