Mi querido amigo y colega, el ensayista Enrique Saínz, lamentablemente fallecido, nunca se cansó de decir que eran las ediciones de esta naturaleza las que contribuían a fijar la literatura de cualquier país. En Cuba, con la excepción de la crítica dedicada a las obras de José Martí, todavía en elaboración dada la complejidad del trabajo, y debo mencionar la edición crítica a su novela Lucía Jerez, y algunas otras que han aparecido, no hemos sido muy dados a este tipo de labor, que requiere de paciencia, atender a detalles a veces mínimos y hasta nimios y tener en cuenta los originales de la obra en cuestión, en el caso de la crítica, para poder establecer los posibles cambios introducidos por el autor en el avance de su obra, entre otros requerimientos. Las ediciones anotadas, que también las ha habido, tampoco se distinguen por su número, pero, al igual que las críticas, se dispone de varias, aunque tampoco con la debida intensidad cuantitativa.
Creo que Alejo Carpentier (1904-1980) es el narrador cubano que más ha salido beneficiado con este tipo de obra, tanto en una vertiente como en otra: El camino de Santiago, ¡Écué-Yamba –Ó!, El siglo de las luces y Concierto barroco son buenas muestras, mientras que La consagración de la primavera se encuentra en proceso de edición. El número se amplía ahora con las dedicadas a El acoso (2019), de carácter crítico, realizada por Yuri Rodríguez, y El recurso del método, anotada, debida a Rafael Rodríguez Beltrán y Armando Juan Raggi, inscritos ambos títulos en la colección Biblioteca Alejo Carpentier, de la Editorial Letras Cubanas, con edición, en ambos casos, de Michel Encinosa Fu. Este trío de especialistas vinculados a la fundación que lleva el nombre de nuestro narrador mayor, ha realizado, como en los casos antes citados —Rodríguez Beltrán ha llevado la voz cantante en lo referido a las anotadas, que son la mayoría— una ingente labor que ha contribuido, sin dudas, a prestigiar aún más, si ello fuera posible, la obra de este autor y colocarla entre aquellas que, volviendo a Saínz, fundan la literatura de un país.
El «Estudio preliminar» que antecede a El acoso resulta un texto, además de imprescindible lectura, definitivo para un acercamiento a esta novela publicada en 1956. Estructurado en siete partes —«Preámbulo de novela o invitación a la lectura», «El Mirador crítico», «La Sinfonía Heroica», «El relato y la historia: amistades peligrosas», «Una tragedia americana», «Acosado en ciudad semejante», «El proceso de transtextualidad» y «Final de lectura»— Yuri exterioriza su criterio de que esta novela, todavía en el siglo xxi, mantiene una lozanía capaz de estimular nuevas miradas que aquilaten su significación dentro de la obra de Carpentier y la literatura cubana y latinoamericana», y para reforzar su apreciación se sumerge en una verdadera aventura para que sus casi cuatrocientas notas le permitan al lector una mirada mucho más enriquecedora sobre este texto. Ninguna posibilidad queda fuera de su examen, incluida la relación que establece con otras obras literarias, cubanas o no, mientras que tampoco se le escapan alegorías y símbolos empleados por el autor, que sirven, nos dice, «para establecer diálogos con sus personajes, hombres de mediados del siglo xx». Esta capacidad de religar mostrada por el investigador, coloca al lector más común y menos común, ante la posibilidad de realizar una lectura mucho más fecunda y enriquecedora.
«Tras los pasos del primer magistrado» es el ensayo introductorio que permite, luego, acceder a El recurso del método, pero antes, en « Nota a la presente edición», se lee:
Para la realización de esta edición […] se ha partido de una revisión y corrección de las erratas que se han ido repitiendo desde la primera edición, mediante dos ejemplares anotados por el mismo autor que se conservan en la Fundación Alejo Carpentier. Esta edición, además, tiene la particularidad de que cuenta con un sistema de anotaciones a pie de página para ayudar a su lectura. En las notas referidas a hechos históricos ocurridos en cuba y a que se alude en la novela se brinda la información relativa a ellos, aunque como sabemos están descontextualizados en un ambiente latinoamericano más amplio.
El comentario anterior evidencia el enorme trabajo realizado por Rodríguez Beltrán y Raggi, pues son cientos de notas de diverso carácter que ayudan también a hacer más productiva la lectura de la novela. El prólogo, exhaustivo en su documentación, y riguroso en su exposición, contribuye a seguir la línea creativa de Carpentier para realizar su novela, cuyos primeros pergeños se hicieron presentes desde comienzos de la década del 30, cuando en carta a su madre le comenta:
Será la novela de una república latinoamericana de 1910 a 1930, con su época casi colonial, su danza de los millones, sus canciones, sus revoluciones, su ruina, su tabaco, su azúcar, sus chinos, sus políticos, su pueblo y su clase alta. Una comedia humana concentrada en un solo libro, con acciones paralelas y una arquitectura lógica basada en las leyes que rigen la composición musical. Contrastes de color, de situación y de ritmo. Encadenamientos de hechos, basados en la magia misma de la vida cotidiana.
Luego de pasados muchos años, y que el tema del dictador se hiciera presente en El acoso, Carpentier dio pasos firmes para escribir El recurso…, que se remontan a comienzos de la década del setenta, pues en la papelería del autor de encuentran los primeros bosquejos. La posibilidad que tuvieron los tres estudiosos de disponer de materiales del archivo de Carpentier atesorados en la fundación que lleva su nombre —por suerte, el autor tuvo el cuidado, que no todos lo tienen, mucho más hoy, cuando el mundo digital tal parece que veta tan necesario caudal, de guardar sus originales, pero, además, su viuda, Lilia Esteban, los supo resguardar y la Fundación atesorar— ofrecen una oportunidad única de poder realizar ediciones de esta naturaleza, que califico de eruditas.
El recurso del método, coetánea de Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos, y de El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez, tres novelas sobre dictadores, es una de las muestras más altas de la enorme cultura, en todos los órdenes de Alejo Carpentier, y a ello han respondido estos estudiosos, como autoridades que son, con notas doctas y a la vez directas, sin regodeos, dispuestas con el ánimo de hacer mucho más fructuosa la lectura por parte de los interesados.
Creo no exagerar si afirmo que disponemos de dos nuevos textos de Carpentier a partir de estas ediciones crítica y comentada. El acoso y El recurso del método, a partir de las novedades que implican estas formas de acercamientos, podrán ser leídas con inesperadas miradas, que corroborarán las huellas que este autor ha dejado en las letras universales. Opino que vamos por el camino de construir la literatura de nuestro país mediante estos tipos de acercamientos.
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