La revista Social es hoy día, y desde hace ya algún tiempo, un clásico dentro de las publicaciones periódicas cubanas y un ejemplo de buen gusto —tipografía, papel, diseño artístico— del siglo XX. ¿Para todos los públicos? No. ¿Elitista? Tal vez. ¿Perfecta? No. Bueno, ¿y acaso ahora tenemos, o hacemos, la publicación «perfecta»? Mejor es no «tocar esa tecla», como se suele decir en «buen cubano».
En lo que respecta a quien redacta, confieso el placer de releer revistas y periódicos «viejos». Lo disfruto a plenitud porque no soy alérgico al polvo ni al tufillo que emana de las publicaciones sobre las cuales mucho ha llovido. De entre las revistas de tiempos ha que merecen todo nuestro respeto, cuatro cuentan con mi preferencia, sin orden, aclaro: Bohemia, Carteles, El Fígaro y Social.
De esta última circuló su primer número en enero de 1916, es decir, hace 107 años. Que todavía concite tanto interés es como para darle un aplauso.
Fundada y dirigida siempre por Conrado Massaguer, Social, por su calidad tipográfica, papel, diseño y empaque periodístico, no tenía nada que envidiar a las mejores revistas de su tiempo en cualquier país. Y fue, en su momento, una revista de concepción moderna, letra bien legible y formato grande, atractiva cubierta y, como diríamos hoy, para todos los gustos.
Su director, el artista gráfico matancero Conrado Massaguer, era un intelectual de cultura, solvencia económica y, por sobre todo, uno de los más importantes caricaturistas cubanos, con una manera de hacer que lo caracterizó e identificó su obra, aún al cabo de tantos años. Ante cualquiera de sus caricaturas se puede exclamar al seguro: «¡Esa es de Massaguer!».
Pero Social contó además con el sello de su jefe de redacción o director artístico, el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, personalidad entusiasta de la cultura cubana del siglo XX y uno de los más relevantes historiadores y publicistas nacidos en el archipiélago.
De manera que Social nació con excelentes padrinos y sus entregas mensuales siempre contenían algo nuevo. Profusamente ilustrada, sus fotografías eran de elevada calidad, así como el resto de la información gráfica.
Entre sus colaboradores cubanos aparecen las siguientes firmas: Juan Marinello, Alfonso Hernández Catá, Agustín Acosta, José Zacarías Tallet, Rubén Martínez Villena, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Enrique Serpa, Ramiro Guerra, Medardo Vitier, Fernando Ortiz, Enrique Labrador Ruiz, Manuel Navarro Luna, Carlos Loveira, Emilio Ballagas y muchos más.
De los extranjeros, citaremos a Gabriela Mistral, Miguel de Unamuno, Vicente Blasco Ibáñez, Alfonsina Storni, Manuel y Antonio Machado, Leopoldo Lugones, Alfonso Reyes, Juan Ramón Jiménez, Langston Hughes, Jacinto Benavente, Vicente Aleixandre, Diego Rivera, Alejandro Casona, Miguel Angel Asturias y Federico García Lorca.
Con secciones fijas, Social incluía temas tan variados como cuentos, poemas, crítica literaria, textos históricos, de artes plásticas, notas teatrales y cinematográficas, deportivas y reseñaba el paso por La Habana de personalidades extranjeras de la cultura. En las páginas de Social apareció por entregas la novela Fantoches, en la que un autor diferente corrió a cargo de cada capítulo.
Importante además fue su rol como elemento aglutinador de los intelectuales cubanos de entonces. En sus «almuerzos semanales» y en el bufete del Dr. Roig de Leuchsenring, en Habana Vieja, hallaron cabida los más disímiles tópicos de interés y estuvo allí el germen del Grupo Minorista, muchos de cuyos integrantes firmaron trabajos para Social.
Dos etapas tuvo la revista. Una primera que se extendió desde su fundación hasta agosto de 1933, a la caída del dictador Gerardo Machado. Fue la de mayor esplendor, la memorable dentro del panorama cultural cubano. La segunda corrió entre septiembre de 1935, cuando reapareció la revista, y 1938, fecha de su última edición.
De inapreciable valor para investigadores, historiadores y para cuantos lectores hurguen en el pasado republicano, Social es una publicación patrimonial, cuyas páginas debemos recorrer con emoción y agradecimiento. Nuestros respetos a quienes la hicieron posible. Cubaliteraria le rinde tributo en este nuevo aniversario.
Visitas: 55
Deja un comentario