En días reciente se realizó una nueva tertulia en Tirry 81. Sí, en la casa de la desaparecida poetisa Carilda Oliver Labra.
El acogedor salón, donde tantas veces la vimos sentada en su sillón, sonriente, satisfecha de la atmósfera acogedora, intimista, donde música y poesía se confabulaban para ofrecer a los circunstantes un regalo de buen arte.
Así transcurrió, el pasado domingo, cuando la lluviosa tarde se saturó de las siempre bien recibidas composiciones de Chopin. El encargado de hacernos llegar tan bellas melodías fue el pianista Franco Rivero Bueno. Sus prodigiosas interpretaciones recibieron calurosos y espontáneos aplausos de los asistentes.
Hubo, además, declamación de poemas a cargo de sus autores, el joven Adrián Zurbano y Loly de los Ángeles. Raidel Hernández, director y conductor de la tertulia –auspiciada por el proyecto Al sur de mi garganta–, subrayó la valía de sus propuestas.
La ocasión resultó propicia para recordar la fundación de la Cátedra Carilda, en el Instituto Pedagógico de Matanzas. Sobre este acontecimiento y su significado profundizó la profesora Nancy Mercadet, presente en el encuentro.
Como colofón de la jornada, Raidel obsequió un libro a cada uno de los participantes en la tertulia.
Tomado de Girón
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