Texto en colaboración con Jesús Martínez Beatón quien ha sido en varias ocasiones embajador de Cuba en Colombia.
Las guerras de independencia de Cuba vistas desde Colombia
Las hazañas libertarias de los mambises cubanos por lograr su independencia de España tuvieron un hondo impacto en la opinión pública de Colombia. Durante la Guerra de los Diez años este país sudamericano, bajo la presidencia de Eustorgio Salgar, fue de los primeros que dieron un paso al frente y reconocieron la beligerancia de la República de Cuba en Armas mediante un decreto aprobado por su congreso en 1870.[i]
El 12 de mayo de 1871 se presentó al poder legislativo colombiano otro proyecto de ley todavía más enérgico y ambicioso en cuanto a propiciar la independencia de Cuba de conjunto con el resto de las repúblicas americanas. La moción, elaborada por el diputado Carlos Holguín, indicaba que de negarse España a otorgar la emancipación a la isla era preciso «convenir todas en cortar toda clase de relaciones con aquella potencia, declarase todas las Repúblicas americanas en estado de guerra contra ella (…) y firmar el compromiso de trabajar incesantemente (…) para echar por la fuerza a los españoles de las mencionadas Antillas».[ii] Esta gestión fue elogiada y agradecida por el Padre de la Patria cubana, Carlos Manuel de Céspedes quien en carta a Carlos Holguín subrayó lo trascendente de ese documento solidario para la unidad americana: «Al concebir tan simpático proyecto estoy seguro que pensó como yo, que el triunfo de la revolución de Cuba era la muerte de la dominación europea en América, y que siendo esta cuestión puramente americana, todas las Repúblicas hermanas debían tomar parte en esa obra grande».[iii]
Con vistas a hacer efectivas las cláusulas de esta propuesta del diputado Holguín, el gobierno colombiano del presidente Manuel Murillo la circuló por todo el hemisferio occidental para coordinar una acción conjunta que facilitase la independencia cubana. Sin embargo, Colombia quedó aislada ya que la proposición no fue seguida por muchos otros países del continente por el rechazo a la misma de parte del secretario de Estado norteamericano Hamilton Fish.[iv]
Durante la Guerra de los Diez Años fueron también notables los esfuerzos de los colombianos por dotar de recursos para el combate a los patriotas cubanos. En 1873 se le asignaron $ 25 000 al Mayor General cubano Manuel de Quesada para que sufragara una gran expedición.[v] Otras dos expediciones se alistaron desde territorio colombiano a instancias del patriota cubano Francisco Javier Cisneros y otros militares colombianos, entre ellas se destacó la del vapor Hornet que desembarcó en Punta Brava el 7 de enero de 1871, jurisdicción de Las Tunas. La embarcación condujo la llamada «Legión colombiana» compuesta por 50 voluntarios que en su mayoría provenían del Cauca. De esa aguerrida tropa comentó el presidente de la República de Cuba en armas, Carlos Manuel de Céspedes, lo siguiente: «Los colombianos llegados últimamente en el Hornet han sido recibidos por nosotros, como lo serán todos los que vengan, como hermanos». [vi]
A fines del siglo XIX Cuba se encontraba entre las pocas colonias que quedaba sometida a España, fue por ello que al reiniciarse las luchas libertarias en 1895 recibió amplias muestras de solidaridad a lo largo y ancho de las Américas. Todo ello a pesar de que en aquellos momentos España se había esmerado en mejorar sus relaciones con los gobiernos latinoamericanos y tenía una presencia diplomática muy activa en la región. Los soportes más fuertes que tuvo la causa independentista cubana estuvieron en la opinión pública y en la sociedad civil de Hispanoamérica. La prensa colombiana casi por unanimidad, constituyó un fiel exponente de ese apoyo. Sus contenidos, según el historiador colombiano Gabriel G. Jaramillo, fueron todo un plebiscito de adhesión a los anhelos del pueblo de Cuba.[vii]
Decenas de combatientes colombianos fueron a los campos de batalla de Cuba a sellar con sangre el compromiso de liberarla de la ocupación a que estaba sometida.[viii] Fueron relevantes las heroicas jornadas protagonizadas por los generales colombianos del Ejército Libertador cubano José Rogelio Castillo Zúñiga[ix] y Avelino Rosas.[x] Su gesta se inscribe en las páginas gloriosas de la historia común de nuestros pueblos por construir una identidad propia.
En Colombia el cubano Rafael María Merchán desempeñó un papel capital para que los más influyentes círculos del país sudamericano comprendieran la justeza de la lucha insurrecta.[xi] Como representante del gobierno de la República de Cuba en armas en Bogotá, trabajó incansablemente junto a su amigo y compatriota Francisco Javier Cisneros para que el conocimiento de la realidad cubana se tradujera en gestos solidarios y no se ahogara en la retórica de la política coyuntural. En ese sentido fueron importantes las gestiones que emprendió para lograr que los fondos de una colecta pública dirigida a socorrer a heridos y enfermos pudieran llegar a la manigua cubana.[xii]
Los artículos publicados en los medios de comunicación colombianos sobre las proezas libertarias de los patriotas cubanos, merecen un minucioso análisis, que escapa a los alcances de este trabajo. El Correo Nacional, fue el primer periódico en Bogotá que se expresó con simpatías hacia la causa de Cuba. El Heraldo, Los hechos, El Republicano, Las Crónicas, La Espectativa, El papel de Cúcuta, El motor de Honda, El liberal de Bucaramanga y El Espectador de Medellín, encabezan la larga lista de medios que reflejaron la lucha cubana.Mucha de esta prensa se hacía eco de los editoriales de las publicaciones de la emigración revolucionaria cubana en particular del periódico Patria; precisamente Fidel Cano en El Espectador de Medellín convocaba a la solidaridad de América con los patriotas cubanos: «La causa de Cuba es causa americana, causa de cuantos siguen los principios republicanos».[xiii]
Al propio tiempo la prensa patriota cubana del exilio, en particular el periódico Patria de 1 de diciembre de 1894, dedico el editorial «Por Colombia» a exaltar la solidaridad de los colombianos hacia Cuba. Se afirma que el escrito fue preparado de conjunto entre Enrique Loynaz y Antonio Maceo.[xiv] En sus líneas podemos leer estas glosas que refieren cuan cercanos estaban cubanos y colombianos en Costa Rica al momento del atentado al general Antonio Maceo:
Y al lado de Cuba, están en peligro los leales hijos de Colombia que en Costa Rica hicieron honrosa guardia junto al lecho del General Maceo. Yo sé el temple de esa alma colombiana en los Uribe, Rosas, Noguera, Pereira, Coronel Delgado, Peña y Castro, y en Greñas, Morell y Franco, que fueron en San José mis amigos y hermanos de idea generosa universal, del liberalismo. Porque les conozco la virtud, les quiero, porque son los hijos de Colombia, hoy como ayer: como Vargas Vila y Uribe en el destierro, como Rojas Garrido en la labor incesante y piadosa, como en los días épicos, soldados de Ayacucho.[xv]
[i] Decreto del congreso de los Estados Unidos de Colombia sobre el reconocimiento en los patriotas cubanos de los derechos de beligerancia, 1870. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Cuba-Colombia. Una historia común. Editorial Universidad Nacional, Bogotá. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1995 p.142.
[ii] Proyecto de ley presentado a la Cámara de representantes en la sesión del 12 de mayo de 1871 por Don Carlos Holguín. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Ob. Cit. p.144.
[iii] Carta de Carlos Manuel de Céspedes, primer presidente de la República de Cuba en Armas a Don Carlos Holguín, en 1871. Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Ob. Cit. p 141.
[iv] Loyola Vega, Oscar: América Latina y Colombia ante la independencia de Cuba. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Ob. Cit. p. 71-76.
[v] Ibidem p.73.
[vi] González Barrios, René: Colombianos en la guerra de independencia de Cuba. Raíces históricas de una hermandad combativa. En: Boletín 3-94. Historia militar. Departamento de Historia militar del Instituto de Historia de Cuba.p.34-35.
[vii] La prensa y la literatura colombiana, exponentes de la solidaridad con Cuba. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Cuba-Colombia. Una historia común. Editorial Universidad Nacional, Bogotá. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1995. p. 190.
[viii] Sarabia Hernández, Nydia: Colombianos por la libertad de Cuba. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá. Ob. Cit. p. 81.
[ix] José Rogelio Castillo y Zúñiga: Nació en Popayán, capital de Cauca hacia 1845. Se inicio como militar en las guerras civiles dentro de las filas liberales. Al concluir la contienda se dedica al comercio cuando Francisco Javier Cisneros lo capta para luchar por la independencia de Cuba. Formó parte de la legión colombiana que desembarcó en Cuba en 1871, combatió en la manigua cubana hasta concluir la Guerra de los Diez años. Inmerso en los preparativos de la Guerra Chiquita fue hecho prisionero. Con el reinicio de la guerra en 1895 desembarca en Tunas de Zaza, ejerció como ayudante y jefe del Estado Mayor del general Máximo Gómez, fue ascendido a general de división. Murió en La Habana el 21 de septiembre de 1925. Sobre su trayectoria dijo Máximo Gómez: “Su vida ha sido un ejemplo de virtud”. Fuente: González Barrios, René: Ob. Cit. p 39-40.
[x] Avelino Rosas Córdova: Nació en Dolores, Popayán hacia 1856. Combatió en Colombia, Ecuador y Venezuela obteniendo el grado de General de brigada. Conoció a Antonio Maceo en Costa Rica, desembarca en Cuba en expedición del “Bermuda” comandada por Calixto García en 1896. Fue jefe de infantería de Camagüey y de los regimientos Máximo Gómez y Jacinto. Ocupo también la jefatura de la División de Matanzas. Regresa a Colombia donde muere combatiendo en la Guerra de los mil días. Fuente: González Barrios, René: Ob. Cit. p.40-41.
[xi] García Garcés, Augusto: El Partido Revolucionario de José Martí en Colombia. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Cuba-Colombia. Una historia común. Editorial Universidad Nacional, Bogotá. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1995. p 105.
[xii] Ibidem p. 110-114.
[xiii] La prensa y la literatura colombiana, exponentes de la solidaridad con Cuba. En: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba-Instituto de Estudios políticos y Relaciones Internacionales de Bogotá: Cuba-Colombia. Una historia común. Editorial Universidad Nacional, Bogotá. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1995. p. 190.
[xiv] Vargas Araya, Armando: Ob. Cit. p 154.
[xv] Ibidem p 155-156.
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