Sobre el autor
Tristan Tzara (Rumanía 16 de abril de 1896 – París, 25 de diciembre de 1963) seudónimo de Samuel Rosenstock. Poeta y ensayista rumano en lengua francesa, muere el 25 de diciembre de 1963. Fue uno de los fundadores del dadaísmo —movimiento de ruptura de vanguardia nacido durante la Primera Guerra Mundial— asimismo considerado como su máximo exponente y figura.
Su peculiar obra literaria hunde sus raíces en el nihilismo para arremeter contra los valores culturales, estéticos y morales de la sociedad establecida (incluidas las convenciones lingüísticas sancionadas por la tradición). Tzara está considerado como una de las figuras cimeras de la Vanguardia, a la que aportó una singularísima creación personal: el movimiento Dadá, auténtico germen de otras corrientes vanguardistas tan innovadoras y fecundas como el Surrealismo.
En obras como La primera aventura celeste del señor Antipirina (1916) y Veinticinco poemas (1919), refleja los rasgos esenciales del dadaísmo: la recusación de toda forma de jerarquía social, la confusión de los géneros y el valor concedido al espectáculo. Tentado siempre por la búsqueda de la experimentación literaria, en los años treinta Tristan Tzara se acercó y se alejó sucesivamente de movimientos como el simbolismo o el surrealismo.
En el aniversario de su fallecimiento llegue nuestro homenaje desde Cubaliteraria al recordar los versos que tradujera el escritor Jesús David Curbelo, incluidos en su antología Por la senda de Judas.
Fragmentos de su obra
Bifurcación
Con Tristan Tzara
Yo no quiero dejarte mi sonrisa está sujeta a tu cuerpo y el besar del alga a la piedra en el interior de mi edad llevo un niño alegre y ruidoso y no hay nadie como tú que sepa hacerlo salir de la concha como al caracol con las voces delicadas entre la hierba hay las manos frescas de las flores que se extienden hacia mí pero no hay otra voz como la tuya que sea delicada como tu mano es delicada como la noche es impalpable como el sosiego
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Bifurcation
Je ne veux pas te quitter monsourireest attaché à ton corps et la baiser de l’algue à la pierre à l’interieur de mon âge je porte un enfant gai et bruyant il n’y a que toi qui saches le faire surtir du coquillage commel’escargot avec de fines voix parmi l’herbe il y a les mains fraîches des fleurs qui se tendent vers moi maisiln’y a que ta voix qui soit fine comme ta main est fine comme le soirest impalpable comme le repos
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