
En el cielo con diamantes(2007), del laureado narrador, periodista y guionista cinematográfico, Senel Paz, Premio Nacional de Cine 2020, es el título del libro, publicado por la Editorial Oriente, y obsequiado a este cronista por el poeta y ensayista Osmán Avilés, exeditor de Cubaliteraria.
En las más de 300 páginas de esa novela testimonial (denominémosla así, para seguir las sabias enseñanzas del maestro Gerardo Fernández García, quien insistía en la clasificación de los géneros dramatúrgicos: radiales, televisivos, cinematográficos o literarios), el también autor del antológico relato «El lobo, el bosque y el hombre nuevo» (Premio Internacional de Cuentos «Juan Rulfo», 1992), centra la acción dramática de su polémica obra en dos personajes principales, David y Arnaldo (o más exactamente, en tres, ya que Miguel, el Oficial de Guardia, desempeña una función nada despreciable en ese contexto poético-literario sui generis, donde el amor y la libido —deseo sexual— se confunden, se entremezclan, y al final, salen perdiendo el amor y el respeto a la dignidad humana, no solo de la mujer, sino también del hombre).
Con apoyo en la leyenda personal de David, narrada por Arnaldo, y, en ocasiones, enriquecida por Miguel, el laureado escritor y periodista literario se recrea en el recuerdo de los años 60 de la anterior centuria, cuando los tres personajes creados por su fecunda imaginación eran estudiantes internos (becarios) de lo que hoy sería un instituto de enseñanza media superior especializado en cualquier rama de la técnica.
Desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia, Senel Paz le muestra al lector cómo era la vida cuasi militar que prevalecía en esos centros educacionales, donde los jóvenes de uno y otro sexos convivían separados «a rajatabla», en una época que él califica como la «década prodigiosa», no sólo por la irrupción en el pentagrama sonoro universal de The Beatles, los Rolling Stones, etcétera, sino también por la aparición en la cultura nacional del tristemente célebre «quinquenio gris», caracterizado fundamentalmente por el oportunismo, el extremismo, las tinieblas, los desaciertos, las incomprensiones, la intolerancia, el irrespeto a las diferencias de todo tipo u otras manchas oscuras que enlodaban la obra bella que construía, a sangre y fuego, y contra viento y marea, la triunfante Revolución Cubana, a pesar de los brutales ataques de toda índole provenientes del poderoso vecino del Norte y de la mafia miamense.
Desde las páginas de Cubaliteraria u otros medios nacionales de prensa, he reiterado que los mejores conocedores de los componentes instintivo y espiritual del inconsciente freudiano, divididos o delimitados por una línea imaginaria que el homo sapiens suele violar sin tener plena conciencia de ello, no son los psicoanalistas con formación ortodoxa o lacaniana, sino los escritores y los poetas.
El autor de la novela Un rey en el jardín (Premio Nacional de la Crítica, 1983), corrobora esa afirmación, que no sólo procede de un crítico y periodista, sino de un psicoanalista con orientación ético-humanista, porque sólo un narrador de la talla excepcional de Senel Paz sabe escudriñar y develar qué se esconde en el componente instintivo del inconsciente freudiano de un adolescente, que acaba de descubrir los «secretos» de la vida sexual; componente que forma parte de los vericuetos más enrevesados en que se estructura esa oscura región del psiquismo humano, donde se oculta aquello que nos acerca a la «bestia salvaje» que llevamos dentro.
Además, sabe prever —como lo hiciera el psiquiatra vienés, Sigmund Freud (1856-1933) en su momento socio-histórico— que en el inconsciente no solo hay instintos salvajes y bajas pasiones, sino también «un cielo con diamantes», como lo hay en el adolescentes de la estatura humana de David.
Si usted, amable lector, quiere conocer los conflictos íntimos y vicisitudes sexuales de un adolescente que vivió en una época difícil, pero pletórica de ilusiones y de esperanzas, a la que los menos jóvenes le entregaron, gustosos, lo mejor de sí, le recomiendo la amena lectura de En el cielo con diamantes.
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