Hay que decir que en el Primer Festival Cubano de Playas de Rosarito, Baja California, México, celebrado del 7 al 22 de octubre del 2005, tuve la suerte de ser el presentador del poemario Canción de Orfeo, del poeta Alex Pausides. Sucedió que ya desde antes de su lógica lectura tenía muy fresca en mi memoria determinadas frases y conceptos, hilvanadas en otra pasada ocasión en que quise comentar sobre una antología de poemas escritos entre 1973 y 1975 por el propio Alex, y que se titula Ensenada de Mora.
Y es que cuando leo estos nuevos poemas mucho más contemporáneos, me doy cuenta de que aunque los versos tengan más cuerpo, las palabras sean más precisas y transparentes, continúa existiendo la misma poética del comienzo, la misma vehemencia y pasión, ahora con mucha más madurez.
Canción de Orfeo es poesía erótica, donde el amor y la pasión se fusionan y entremezclan, como casi siempre sucede en la vida misma. El poeta va a los excesos pero sin remordimientos finales, se exceden los límites con la inocencia de quien asiste a la iniciación del mundo: “mojados, limpios, incorruptibles”, al decir del propio Alex.
La nostalgia, la añoranza por el ser amado no presente, el plan amatorio para futuros encuentros, conforman la sustancia conceptual de estos poemas, que aunque a veces tienen algunas leves coincidencias con poemas pretéritos, pero no preteridos, que iban más a lo externo, a la extrospecciòn, estas nuevas creaciones se encaminan a lo introspectivo, a bucear en el alma humana y ello con todo el poder de reflexión que posibilitan los años vividos.
Hay poemas que hablan de la tristeza por la pérdida de la mujer amada, por la pérdida de la juventud ante el paso de los años, y es cuando el poeta nos dice “y me vuelvo qué huraño contra el triste y opaco el tristísimo invierno”.
En otros se habla del momento de la creación, del estado de gracia, de las musas, de la inspiración, y su efímera existencia y perdurabilidad en nosotros, los creadores.
La contemplación de una vieja foto es otra vez objeto de meditación y reflexión. Desde tiempos remotos ha sido así y nuevos poetas vendrán que le seguirán cantando a estos reflejos a veces pocos nítidos de la cartulina, pero válidos para remover recuerdos, quizás tristes, desde lo más profundo de la memoria.
Olga, Rusia, el Volga y Stalingrado con una resonancia magnificada por la muerte de un sueño en las ideas, se vierten con toda su fuerza, iluminada en una nueva búsqueda del tiempo perdido.
Una mujer “inevitable como el aire y la luz” se hace corpórea y navega entre el caos que es la vida y así, simplemente, sale airosa en su empeño.
La música como lazo atrayente de recuerdos se hace palpable en versos que hablan de canciones, “que sin ella presente, ahora no dicen nada”.
Otras cantan a la ciudad, al caos, la ruina, los escombros,” y solo tu recuerdo para seguir viviendo”.
La isla – mujer, la isla amada – mujer amada como la bendición de todo lo soñado como posible, como lo que siempre se espera y que es tarea del poeta ir a buscarlo y encontrarlo.
Una nave de nuevo será la imagen para definir la decisión del hombre de seguir adelante contra cualquier obstáculo, contra el mar, la noche y la soledad.
Por último, la “Epístola del Infante” es poesía donde se remarca sin pudor ni velados rebuscamientos un “yo te quiero mi amada” que suena una y otra vez a través del texto, como el tañer de una campana, y logra una armonía interior, casi un ritmo, que se convierte en un gran canto al amor como plegaria repetida desde los siglos por hombres que amaron y soñaron y defendieron su amor hasta las ultimas consecuencias.
Canción de Orfeo posee una poesía elaborada, perfecta, donde la palabra precisa explota en el momento exacto y tiene también la emoción de un simple bolero con su carga de nostalgias.
Este es su gran valor.
Alex Pausides es un reconocido poeta y editor, actualmente es el presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC, dirige además el Festival Internacional de Poesía de La Habana, así como la Colección Sur de la Editorial UNION. Tiene publicados alrededor de quince poemarios. Ha obtenido varios premios literarios, el más importante fue el Premio de la Crítica en el 2005. Ha sido traducido a varios idiomas y publicado en el exterior.
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