Este Sábado del Libro se llenó de vida desde la ciencia ficción, lo fantástico y el policíaco para celebrar los 55 años de fundación de la Editorial Arte y Literatura. Fueron presentados en la Calle de Madera del Centro Histórico de la Ciudad, los textos: Frankenstein, Cuentos Crueles, Arsenio Lupin contra Herlock Sholmes y La Aguja Hueca.
El público presente se mostró interesado por estos volúmenes que los aproxima a clásicos de la literatura universal. La cita contó con la presentación del escritor y periodista Antonio López Sánchez, quien comentó que Arte y Literatura actualmente es la editorial en cuyo perfil cabe la publicación de los más grandes clásicos de la literatura universal y contemporánea.
En determinado momento de la historia, las colecciones literarias Huracán y Dragón —muy emblemáticas― de esta casa editorial fueron muy perseguidas por el público, pues tenían un espectro de temáticas donde abordaba desde la novela más clásica hasta títulos del horror, la ciencia ficción.
Durante el encuentro trascendió que, para rescatar ese espíritu, hace algunos años, la editorial retomó estas colecciones y dentro de esta recuperación también se potenció la imagen gráfica con la que publica sus textos, para que no solo sean valiosos por su contenido.
El lanzamiento de este Sábado del libro rindió homenaje a la colección Dragón con estos 4 títulos que se mueven en los extremos más codiciados por los lectores.
Para el escritor Antonio López, defender estos títulos en el Sábado del libro ha sido un privilegio por tener ese contacto directo con el público en cada uno de los lanzamientos, regalando a las personas un rato de buen gusto y de aprendizaje.
Comentó también que la posibilidad tecnológica permite que las series u otros productos audiovisuales se intercambien y haya un hecho indiscutible, que es que los efectos especiales han permitido encarar de una forma más real estas obras, por ello ha existido un gran auge de estas temáticas de lo fantástico y la ciencia ficción.
Sin embargo, López Sánchez como escritor y lector seguirá defendiendo el libro, pues cuando se lee un libro, la pantalla está en la cabeza y nada se compara a la lectura. La frase común, siempre que se ve un audiovisual es que «en el libro pasó esto o lo otro», una emoción que se transmite solo desde la literatura y en muchas ocasiones no en los audiovisuales. «Y es que, sin libros, probablemente no existirían los audiovisuales», concluyó.
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