Sobre el autor
Paul Marie Verlaine (Metz, 30 de marzo de 1844-París, 8 de enero de 1896), conocido como Paul Verlaine, fue un poeta francés, perteneciente al movimiento simbolista. La influencia de Verlaine fue grande entre sus coetáneos y no hizo más que crecer tras su fallecimiento, tanto en Francia como en el resto del mundo. En castellano, el modernismo no puede entenderse sin la figura de Verlaine. La obra de algunos grandes poetas del ámbito hispánico, como Rubén Darío, Manuel Machado, José Martí o Pablo Neruda son consecuencia directa o indirecta de la del poeta francés.
Como homenaje en el aniversario de su muerte compartimos una selección de su obra poética, gentileza del escritor y traductor Jesús David Curbelo.
Fragmentos de su obra
Mi sueño familiar
Tengo a menudo el sueño extraño y penetrante de una incógnita hembra, que yo amo y me ama, y que no es, cada vez, ni del todo la misma, ni por entero es otra, y me ama y me comprende. Porque ella me comprende, mi corazón, traslúcido para ella sola, ¡ay!, deja de ser problema por ella, y los sudores de mi pálida frente, ella sola los sabe refrescar, cuando llora. ¿Ella es trigueña, rubia, pelirroja? Lo ignoro. ¿Su nombre? Yo recuerdo que él es sonoro y dulce como el de los amantes que destierra la vida. Su mirada es igual a la de las estatuas, y por su voz, lejana, y calma, y grave, tiene la inflexión de las voces queridas que están muertas.
Canción de otoño
Los largos sollozos De los violines Del otoño Hieren mi corazón De una languidez Monótona. Todo jadeante Y pálido, cuando Suena la hora, Me acuerdo De los días pasados Y lloro; Y me voy Con el viento malo Que me lleva Aquí, allá, Parecido A la hoja muerta.
Mujer y gata
Ella jugaba con su gata, Y era una maravilla ver La mano y la pata blancas Retozar en las sombras de la tarde. Ella escondía –¡la muy malvada!-- Bajo mitones de lana negra Sus mortíferas uñas de ágata, Filosas y claras como navajas. La otra igual se volvía mimosa Y escondía su garra cortante, El diablo, atento, no se perdía nada… Y en el tocador donde, sonora, Resonaba su risa aérea, Cuatro puntos de fósforo brillaban.
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