«Nadie ha supuesto nunca que todos los hombres, o todos los escritores, o todos los artistas tengan que ser revolucionarios, como nadie puede suponer que todos los hombres o todos los revolucionarios tengan que ser artistas, ni tampoco que todo hombre honesto, por el hecho de ser honesto, tenga que ser revolucionario. Ser revolucionario es también una actitud ante la vida, ser revolucionario es también una actitud ante la realidad existente.»
Fidel Castro, Palabras a los intelectuales
¿Y el contexto? ¿Acaso ya no importa el contexto para analizar los procesos artísticos y las preocupaciones intelectuales?
¿No importan los atentados terroristas del último año y medio, o de los últimos sesenta años, cuando el muerto ha sido tu hijo o tu padre?
¿No importa el sabotaje al combustible de una isla, las 240 vueltas de tuerca al bloqueo en medio de una pandemia terrible, de la peor crisis mundial que recuerden las generaciones vivientes?
¿No importan las amenazas y sanciones para que no puedan arribar donaciones de medicamentos y máquinas de ventilación?
¿No importan las campañas difamatorias contra los médicos cubanos, al precio de la vida de millones de seres humanos?
¿No importan las mentiras terribles anunciando muertos por Covid-19 en las calles de La Habana?
¿No importa el silencio vergonzoso ante la heroica y contrastante gestión de Cuba para salvar a sus hijos de la terrible enfermedad?
¿No importan las urgentes y acopladas amenazas de Pompeo, Almagro, Marco Rubio, Díaz Balart y una sarta de consabidos terroristas?
¿No importan los acoplados y repugnantemente parciales medios de comunicación anticubanos incitando a la desesperación y la violencia?
¿No importan los puentes hundidos una y otra vez contra las familias cubanas?
¿No importan las infancias que hoy viven nuestros hijos?
¿No importa el contexto? ¿No importa? ¡Porque ya lo dice el noticiero! ¡Porque es la retórica de los medios oficiales! ¿Por eso no importa lo que ha vivido este país en el último año?
¿Porque los quinientos planteamientos del congreso de la Uneac no son un diálogo, ni los de la AHS, ni los acuerdos, ni los debates, nada, eso no vale, no es real?
¿Los que importan son los «oprimidos» que no trabajan, los excéntricos, los curiosos, los asalariados, los frustrados, los «demócratas» sin obra, sin errores?; ¡Los que importan son los enjuiciadores de las instituciones! ¡Los que ahora claman por su «libertad» desde el auto del encargado de negocios de Estados Unidos!
¿No importa que sean los «colegas» de los encargados de Estados Unidos en Cuba los que planteen que ningún gobierno los orienta, que sus reclamos solo son artísticos, para después subir etiquetas como: #movimientosanisidroenmiami, #AbajoLaDictadura?
¿No importa?
¿Lo que importa es un cantante aficionado que se filma y grita que su presidente es Donald Trump?
Para mí ahora importa salvar a Cuba de la promesa de Trump. Importa salvar la obra cultural de la Revolución, que es inmensa y precursora de los derechos de hoy. Importa desmentir que no existe diálogo con los artistas y aficionados. ¡Importa desligar las aspiraciones de la contrarrevolución de las legítimas aspiraciones artísticas y ciudadanas! Importan los sueños de mi hija, las medicinas de mi madre, el dolor infinito de mi esposa.
Importa que los engañados, los confundidos, los alados por el linchamiento mediático de los medios anticubanos, regresen a la esencia de nuestra patria y asuman el contexto, ese contexto que siempre ha influido en el destino de la nación.
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