Papel en blanco: un espacio televisivo en el que se promociona el quehacer de jóvenes escritores y artistas. ¿Qué ha significado para ti desempeñarte como guionista de este programa?
Nunca me había imaginado escribiendo para la televisión. En 2014 fungía como jefa de sección de Literatura de la AHS en La Habana y los asociados de las distintas manifestaciones artísticas habían solicitado un programa de televisión que promoviera la obra de los jóvenes creadores de la capital. El realizador Maysel Bello asumió el reto como director y solicitó el apoyo de cada jefe de sección para que recomendáramos temas, invitados, de modo que pudiéramos cubrir las demandas expresivas de los asociados. Maysel tenía concebida la idea general del programa, pero faltaba un guionista que le diera su forma cotidiana. Me hizo la propuesta e insistió en que podría enfrentarme a aquella aventura. Me dio las herramientas y conocimientos generales, y me fue apoyando en cada proceso hasta aprender lo necesario para echar a andar. Luego de varios meses de preparación salió al aire la primera emisión de Papel en blanco en el verano de 2015.
Desde entonces veo este programa con el mismo compromiso filial y afectivo que le imprimo a un libro. Cada emisión implica una investigación sobre temas diversos de la literatura y el arte, fundamentalmente, de la creación joven, un horizonte que siempre me ha interesado. Me propongo, fiel a los propósitos originales del programa, promover el trabajo de escritores y artistas poco divulgados en los medios y con una obra digna de atención. Trato de cubrir zonas de silencio, mostrar rostros poco visibilizados, a través de ellos y de su labor dialogar sobre temas y preocupaciones comunes a muchos creadores, acercar al público a las dinámicas y procesos que involucran a los intelectuales en la gestación del producto cultural que ellos reciben como espectadores.
Desde que comencé a trabajar en la Oficina del Historiador de la Ciudad y tomé conciencia de los valores que implica para la nación la labor de preservación y comunicación del patrimonio, la he sumado a los puntos de mira del programa, de modo que transitan también por él jóvenes investigadores, conservadores, museólogos, directores de instituciones, que junto con los artistas y escritores alimentan el acervo cultural cubano.
En resumen, la exigencia de la preparación y el estudio para cada entrega, el acercarme a la obra de tantos creadores y promotores culturales desde tan disímiles campos, representa una fuente constante de enriquecimiento intelectual y disfrute estético.
Sé cuánta importancia concedes al cumplimiento de tus deberes, ya sean laborales o personales. ¿Cómo logras conjugar familia, trabajo y vocación?
Es muy difícil conjugarlos, tarea ardua, más cuando eres madre de dos hijas con muy poca diferencia de edad. Lo que he conseguido ha sido con mucho empeño, sacrificio y exigencia personal, a la par de mucho apoyo, comprensión y esfuerzo familiar. Doy gracias a Dios por mis padres, mi pareja, mi hermana, que me han sostenido. Ellos están siempre en la vanguardia y la retaguardia, ayudando en el cuidado de las niñas cuando una función laboral demanda más tiempo de lo habitual, como en las ferias del libro, festivales de poesía, o cuando he debido viajar por trabajo a otra provincia o país. Y me siento bendecida por mis hijas, ellas son el mejor regalo, son motivo de inspiración creativa y de sacrificio cotidiano por ser mejor persona y ser útil en lo que hago. Ahora que son más grandes –aunque aún exigen de mi cuidado y atención, son un poco más independientes y hasta ayudan en los quehaceres domésticos– miro atrás, recuerdo cuando eran pequeñas, y tomo conciencia de cuánto he crecido yo con ellas, cuánto he debido sobreponerme a miedos, preocupaciones, cansancios, a veces corriendo el riesgo de atentar contra mi propio organismo, al trabajar hasta la extenuación y descansar menos de lo que debiera. En ese tiempo alcancé un nivel de exigencia para conmigo misma, que hoy, al tomar conciencia de los riesgos, debo imponerme el rigor de dormir las horas necesarias, de alimentarme, de darme el placer de ver en familia una película o serie, o jugar ajedrez con mi pareja, para despejar la mente por un rato de las múltiples tareas cotidianas de la profesión; porque desde entonces me ha quedado la inconformidad con hacer una sola cosa, no me hallo sino emprendiendo distintas tareas a la vez, ejecutando varios proyectos. Creo que ese vicio me lo ha dado la maternidad. Solo al ser madre aprendí a realizar muchas tareas simultáneas: hervir pañales, cocinar, lavar, limpiar, vigilar a dos bebés al mismo tiempo, y cuando se dormían leer un libro para reseñarlo. Quizás ese entrenamiento de alto nivel me preparó para organizarme en lo profesional y ocuparme de varias responsabilidades a la vez. Si hoy puedo gestionar una programación cultural, realizar las labores de un cargo de dirección, editar un artículo, escribir un guion televisivo, leer libros como jurado de un concurso, y atender las tareas imprescindibles del hogar en un período de tiempo común, se lo debo a la maternidad, y a la voluntad de no ver en ella una justificación para el enclaustramiento doméstico ni el estatismo profesional; por el contrario, ha sido esta una motivación para el emprendimiento y el crecimiento personal. Quiero que mis hijas tengan una madre de la cual enorgullecerse, que no renunció ni a ellas, ni a su vocación intelectual.
¿Cuáles son tus mayores sueños, realizables o no?
En el plano intelectual tengo el sueño de que se abra un diálogo prolífico en nuestro país entre los escritores, editores y las instituciones, de modo que se comprendan con justicia los beneficios y valores de proyectos creativos como Costanera Editorial, de emprendimientos autogestivos y de cooperación entre creadores, que puedan coexistir armónicamente en nuestra sociedad y para beneficio de la cultura cubana. Ha sido un planteamiento que he venido haciendo junto con otros escritores desde hace varios años, desde las asambleas de preparación del segundo y del tercer congresos de la Asociación Hermanos Saíz, y en cuanta reunión del gremio se me ha dado la oportunidad. Aún no ha sido comprendida esta necesidad de un número cada vez más creciente de creadores; sin embargo, quiero aferrarme a la esperanza de que sueños como este lleguen a ser realizables. Sería imperdonable y una gran pérdida que renunciáramos a esos sueños. Y una vez que esa meta inicial sea viable constituiría un importante salto que daría impulso para un sueño más ambicioso y abarcador, que comparto con otros amigos, y que involucra un engranaje superior, e implica la apertura de posibilidades en el sector artístico y literario, que reconozca los aportes potenciales de los esfuerzos individuales y los proyectos artísticos colaborativos, como agentes de producción cultural legítimos, en una sociedad donde lo estatal y lo privado puedan trabajar de manera respetuosa y dialogante por el bien común.
Muchos coinciden en la opinión de que la poesía es algo indefinible, o casi. Sin embargo, algunos se han aventurado a definirla. ¿Lo harías tú?
No me aventuro a definirla como lo haría un lingüista para la generalidad del idioma. Solo puedo apuntar lo que significa para mí. En mi vida la poesía ha sido gestación, advenimiento y epifanía, una experiencia sublime que me aproxima en imagen y semejanza al Creador, desde esa posibilidad de crear por la palabra; al tiempo que me devuelve a la potestad genésica que Él concedió al ser humano de nombrar las cosas.
Yanelys Encinosa Cabrera (De Bejucal, Mayabeque, nació en Pinar del Río, el 27 de diciembre de 1983). Poeta, ensayista, guionista de televisión, promotora cultural. Graduada en el 2006 de la Licenciatura en Letras de la Universidad de La Habana. Ha publicado los cuadernos de poesía Del diario de Eva y otras prehistorias (Premio David 2007, publicado por Ediciones Unión, 2008, y EDP University, 2015) y (Des)equilibrios y una cuerda para asirse (EDP University de San Juan, Puerto Rico, 2015). Como ensayista obtuvo el premio de la revista Cauce de Pinar del Río en el 2006, el Premio Razón de Ser 2008 de la Fundación Alejo Carpentier, Segundo Premio en el VIII Encuentro de Estudios Teórico-Literarios auspiciado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura de La Habana en el 2008, mención especial en el Concurso Segur de reseñas crítico-literarias en el 2008, entre otros reconocimientos. Poemas, ensayos y reseñas suyas aparecen en publicaciones cubanas y extranjeras como el Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Gaceta de Cuba, Amnios, La Letra del Escriba, Cauce, Caimán Barbudo, Cubaliteraria, Cubarte, Revista Cáthedra de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, CECAR. Corporación Universitaria del Caribe, entre otras. Poemas suyos pueden leerse en antologías como El manto de mi virtud. Poesía cubana y uruguaya del siglo xxi (Ed. Universidad del Trabajo de Uruguay–Letras Cubanas, 2011), La Isla en versos. Cien poetas cubanos (Ediciones La Luz, 2011), Rosa Caribe. Poesía de Cuba y Venezuela (Cooperativa Editorial La Mancha, 2011), Las ondulaciones permanentes (Proyecto Literal, 2012), Barcos sobre el agua natal. Antología de poesía hispanoamericana desde el siglo xxi (Proyecto Literal y Ediciones Leteo, 2012) y muchas otras. Preparó El Libro verde de Cuba (Ediciones Gobierno de Tabasco, México, 2011), que reúne poemas con el tema de la naturaleza, de 75 autores cubanos de toda la Isla. Compiló y prologó la selección cubana de Luz sin estribos. 35 poetas colombianos /35 poetas cubanos del siglo xxi, realizada de conjunto con el Colectivo Nuevas Voces (Editorial Nuevas Voces, Medellín, Colombia, 2019). Ha participado en festivales internacionales de poesía y eventos literarios y académicos en La Habana; el Encuentro de Poetas, Escritores y Artistas Mercedes Sosa en Manabí, Ecuador, 2010; el II Encuentro Mesoamericano Arte por la Tierra, Villahermosa, Tabasco, 2012; el XI Parlamento de Escritores de la Costa, Cartagena, Colombia, 2013; evento de LASSA (Latin American Studies Association) y el Festival de Arte y Literatura Cubana en la EDP University, en San Juan Puerto Rico, 2015; en el proyecto Marte la marea de los niños con la editorial chilena Helecho De, durante las celebraciones por el Mes del Libro en la Región de los Lagos, Chile, 2017. Ha trabajado en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, Centro Nacional de Promoción Literaria del Instituto Cubano del Libro, donde tuvo a su cargo el desarrollo del Centro de Información sobre la Literatura Cubana Actual. Se desempeñó como promotora de la revista Amnios. Poemas/Poetas/Poéticas, del Ministerio de Cultura. Dirigió la Casa de la Poesía de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Coordina desde 2011 el Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe durante la Feria del Libro de La Habana. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas, en la cual fue electa secretaria de la sección de Poesía de la filial de La Habana. Es miembro del Comité Asesor de la Editorial Cubaliteraria. En 2014 emprendió junto a familiares y amigos el proyecto cartonero Costanera Editorial, que ha confeccionado artesanalmente dieciséis títulos. Desde 2015 es guionista del programa televisivo Papel en blanco en el Canal Habana para la promoción de jóvenes escritores y artistas. Dirige desde 2018 el Centro Hispanoamericano de Cultura de la Oficina del Historiador de la Ciudad. A partir de 2020 se desempeña como editora y miembro del consejo de Redacción de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí.
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