Yo soy el Caballero de París, del doctor Luis Calzadilla Fierro, profesor consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, es el autor del libro publicado por la Editorial Letras Cubanas, para satisfacer las necesidades cognoscitivas y espirituales de los capitalinos que conocieron u oyeron hablar de tan pintoresco personaje que andaba y desandaba las calles de la Ciudad de las Columnas.
Con ese tema el también escritor —no sin realizar titánicos esfuerzos para su aceptación por parte de algunos miembros del tribunal correspondiente— obtuvo el grado científico de Doctor en Ciencias Médicas.
La primera edición fue publicada en la Península Ibérica, en 2001. Entre las muchas virtudes del texto están las de contar con una nota introductoria del presidente de la diputación de Badajoz, don Juan María Vázquez García, un prólogo del comandante, doctor Eduardo Bernabé Ordaz (1921-2006), director fundador del Hospital Siquiátrico de La Habana, y un comentario crítico del doctor Adrián Llerena Ruiz, vicedecano de la Facultad de Medicina de la hispana universidad de Extremadura.
En Yo soy el Caballero de París, escrita con afecto y respeto a la memoria de José María López Lledín (1888-1985), se funden en cálido abrazo ciencia y poesía, realidad y ficción, historia y leyenda, para ofrecerle al lector una visión panorámica de las aventuras y desventuras del paciente más célebre que el profesor Calzadilla Fierro ha tenido en el exitoso ejercicio de la profesión hipocrática.
Con exquisita sensibilidad, el doctor Calzadilla Fierro supo descubrir los valores éticos, culturales, humanos y espirituales sobre los cuales se sustentara la «locura cuerda» o parafrenia (diagnóstico nosográfico basado en los hallazgos del examen clínico-siquiátrico y en los resultados de las pruebas sicológicas), afección mental que padecía el Caballero de París.
Virtudes (como las calificara el venerable padre Félix Varela y Morales) que configuraran la brújula orientadora de su infatigable peregrinar, que concluyó —hace 35 años— en el Hospital Siquiátrico de La Habana, calificado por López Lledín como «paraíso terrenal».
Allí el exótico personaje encontró cariño, comprensión, respeto a la dignidad humana y un excelente médico y fiel amigo que jamás lo defraudó: Luis Calzadilla Fierro.
Desde la vertiente estructural, la obra está diseñada sobre la base de siete capítulos, íntima y estrechamente relacionados entre sí: Un personaje célebre; Caballerito. Dulcinea; Cárcel y locura; Andares y avatares; Paraíso; Epílogo y Anexos, estos últimos incluyen: presentación y discusión de que fuera objeto el paciente en la sesión científica mensual que celebra esa institución de salud mental y rehabilitación sicosocial, pruebas sicológicas (incluido el Sicodiagnóstico Rorschach, aplicado por la licenciada Miriam Morejón León, y cuyo protocolo fuera supervisado por el autor de esta reseña y el M. Sc. Arístides Guerra Martínez, socios honorarios de la Scuola Romana Rorschach), referencias bibliográficas y testimonios aportados por personas que lo conocieron y trataron, tanto en el hospital donde estuvo recluido durante más de un lustro, como fuera de él.
Recomiendo la amena lectura de Yo soy el Caballero de París a quienes deseen conocer la azarosa existencia terrenal de uno de los personajes más populares del folclore cubano de la anterior centuria: el célebre Caballero de París, inmortalizado por la voz intemporal del carismático artista Barbarito Diez y por la evocadora pluma del doctor Luis Calzadilla Fierro.
Visitas: 616
Deja un comentario