
El reconocimiento de la existencia de un filosofar cubano, como demostración de la autenticidad del mismo, requiere necesariamente la realización de un estudio integral de los elementos que determinan la ruptura con el pensamiento foráneo. Con ese objetivo, entre los pensadores que se dedicaron al estudio y rescate del pensamiento filosófico cubano, particularmente a su sistematización, se destaca Medardo Vitier Guanche (1886-1960).
Él, al igual que otros, como Roberto Agramonte, Jorge Mañach, Enrique Piñeiro, por solo citar algunos, contribuyó al desarrollo del pensamiento filosófico cubano, al enfocar su trabajo hacia la sistematización del arsenal del pensamiento cubano. Es característico en su obra la connotación cultural de la Filosofía, pues según él, «los problemas filosóficos laten en las relaciones de la convivencia humana, no son creaciones artificiales sino realidades del espíritu».
Medardo entendió la filosofía como una parte de la cultura, que no se reduce al área cognitiva, sino que implica conocimiento y valor, manifestándose como conciencia crítica de la época. El rol de la filosofía según la entendió no es dar soluciones concretas, de aplicación inmediata, como las que vemos en las ciencias, sino más bien plantear las cuestiones fundamentales suscitadas por la materia y el espíritu. Examina, en lo posible, las causas últimas, el sentido de la vida, la validez y los límites del conocimiento, a la vez que enjuicia los valores reinantes en una época o civilización.
Para el intelectual, escritor y educador cubano la existencia cubana, del ser y su proyección hacia la contemporaneidad no debe separar la historia y la cultura. El devenir humano, social en esencia, lo realiza el hombre concreto en su mundo cotidiano y en sus aprehensiones teóricas y prácticas. Medardo Vitier asume la Filosofía como formación humana en todas las esferas del devenir individual y social.
(…) la Filosofía no es exclusiva de los filósofos. Se habla en pasajes de novela, en poemas, en piezas teatrales. La diferencia está en que el arte no explica los contenidos filosóficos, sino que los hace sentir. Hay poetas líricos como Leopardo, Darío que tienen dimensión filosófica.
La obra de Medardo y sus análisis filosóficos se estructuran a partir de la relación que establece entre Filosofía, Educación y Cultura. La Educación como transmisión de conocimientos de generación en generación, como el método para poder compartir saberes, la Cultura como ese conocimiento enriquecido en la práctica y que resulta fundamental a la hora de validar aquellos criterios que pueden servir, no solo como material teórico, sino también en la práctica, en lo cotidiano, en la transformación de la realidad de los hombres. Por su parte, la Filosofía le aporta los métodos de generalización, universalización, sintetización e interpretación de los fenómenos y de la propia realidad social.
El elemento que va a distinguir el pensamiento filosófico en Medardo Vitier, es que va a tener como objetivo fundamental preparar al hombre para la vida en las condiciones de América Latina, es formar en el individuo una cultura de resistencia, una cultura del ser, capaz de convertir sus ideales en bastión inquebrantable para la conservación de su identidad, para que sea un hombre sensible, creador y participativo de su realidad y de sus cambios.
Sus análisis referidos a la Filosofía, donde se destaca su concepto y valoraciones al respecto, su concepción del mundo, que con un enfoque dialéctico relaciona al individuo no solo con su medio sino también con las influencias de los diversos procesos de la realidad. Esto se vincula necesariamente con la relación existente entre Filosofía, Pedagogía y Cultura, eje vertebrador de sus concepciones éticas, que le permitió discernir en cuanto al cuadro de valores predominantes en el período neocolonial, y por último, su visión social del hombre, el cual constituye el componente humanista de su discurso, el tratamiento dado y su posición al respecto.
En toda su obra se aprecia el sentido cultural de su discurso, permeado de gran sensibilidad humana, a partir de la asunción del hombre. Hay en él una concepción general del mundo, donde el universo humano se inserta como espiritualidad, que actúa y realiza su ser esencial en la actividad hasta encarnarse en la cultura como sujeto. Cultura y educación en Medardo Vitier Guanche constituyen dos categorías esenciales de una obra que ha expresado y trascendido la cultura cubana, para afirmarse y dar continuidad a la rica tradición del pensamiento cubano. Por ello Carlos Rafael Rodríguez señaló muy acertadamente:
Los hombres sencillos que, como Vitier, hacen de la disertación un magisterio: dejan semilla. A nosotros nos toca recogerla en el predio del espíritu y la mente, y hacer que dé sus frutos. Es este el reto que tienen todos los educadores latinoamericanos hoy.
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Con información de Zamora Arevalo, Eliannys Algunas consideraciones sobre la construcción epistemológica del pensamiento filosófico de Medardo Vitier.
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