La genialidad de esta obra reside en que Carlos L. Zamora no se hace repetitivo, ni impertinente, como esos autores que agobian a un lector cansado con historias que ya no quiere escuchar. La noche de Judas invita a mirar hacia adentro, hacia rincones que en la repetición de la vida diaria se tornan invisibles. Leer más