
¿Poeta, acaso sabes hasta qué punto me has subyugado?
Rainer Maria Rilke
Vénus-Khoury Ghata, poetisa libanesa asentada en Francia:
Solo un grupo de desconocidos alrededor de la fosa, en un rincón del cementerio del pueblo, sin tumba, sin cruz, sin nombre, un 31 de octubre de 1941.
Khoury-Ghata, V. (2019), Marina Tsvétaïeva, Mourir à Elabouga, Paris, Mercure de France.
Hija del historiador de arte Iván Vladímirovich Tsvietáiev y de la pianista Maria Alexándrovna Mein, Marina Ivanovna Tsvietáieva nace el 8 de octubre de 1892[i] en Moscú (Tsvietáieva, de la palabra rusa tsvetok – цветок-, flor.)

Desde pequeña, contrariando los deseos de una madre que hubiera querido ver a su hija convertida en pianista, Marina se inclina por las rimas y las palabras. ¿Irá a ser poeta?, escribe Maria Mein en su diario. La infancia de Musia (diminutivo de Marina) transcurre entre la monotonía de los días de estudio y la fantasía de las praderas y campos atravesados por el río Oká, en la región de Kaluga, adonde la familia va a pasar las vacaciones en una casa de campo.
No demora mucho en hacer su aparición una de las tantas sombras que iría a pesar sobre la poeta durante toda su vida: la tuberculosis.
La familia alrededor de la cama retenía el aliento. Un padre viudo por segunda vez, sus dos esposas arrancadas del mundo por una misma mano: la tuberculosis. Cuatro niños y cuatro besos obligatorios sobre la frente glacial de la moribunda.
Khoury-Ghata, V. (2019), obra citada
El matrimonio con Serguéi Efrón nunca consiguió aplacar las ansias de fuga de Marina. Sofía Parnok, Sonetchka, el príncipe Volkonski, Bakhrakh, Konstantín Rodzévich, Mandelstam, Pasternak, Rilke… mil amores, infinitos pero breves, místicos, se esfumaban para pasar de la realidad a la existencia de los poemas:
Amo todas las cosas de mi vida bajo la forma de adiós, no de encuentro, de ruptura, y no de fusión.
Khoury-Ghata, V. (2019), obra citada
La poeta, en exilios de hambruna y miseria, llegará a rogar por que se le deje permanecer tres horas al día junto a sus poemas. Una vida de calvario en calvario: la guerra civil, muerte de la pequeña Irina en un orfelinato, su marido perseguido por el poder soviético, el rechazo de los poetas de su tiempo, una poesía que se escapa de los cánones de la estética comunista, la errancia.
Mamá friega el fondo de los platos, solo el fondo… Mamá es poeta.
Berberova, N. (1989), C’est moi qui souligne (Traduit du russe par Anne et René Misslin), Paris, Actes Sud)
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Nina Berberova, escritora rusa, anota en sus memorias:
Vi a Marina por última vez el 31 de octubre de 1931, en los funerales del príncipe Volonski (…) Estaba sola y nos miraba con los ojos arrasados en lágrimas (…) Nadie se le acercaba y yo también pasé de largo, como los otros.
Khoury-Ghata, V. (2019), obra citada
Diez años después, 31 de octubre de 1941, la decisión final. Vénus Khoury-Ghata narra aquel instante:
El ruido de la silla enseguida reúne la multitud. Cuando llegan, te encuentran ahorcada. Se persignan en lugar de descolgarte, tocar un cadáver trae mala suerte. (…) Lo ignoran todo sobre ti. Nunca han tenido un libro tuyo en sus manos, no han leído ni una línea de tus poemas.
Khoury-Ghata, V. (2019), obra citada

En la imposibilidad de identificar la tumba de Marina Tsvietáieva, su hermana Anastasia, al visitar Yelabugá en 1960, hace plantar una cruz con una sencilla inscripción:
Marina Tsvietáieva -26 de septiembre de 1892-31 de octubre de 1941- está enterrada en algún rincón de este cementerio.
(https://www.cultura.gob.ar/marina-tsvietaieva-la-mujer-que-vivio-en-verso-9594/ (Consultado el 7 de agosto de 2025)
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Selma Ancira, traductora al español de gran parte de las obras de Marina Tsvietáieva:
Lo que Tsvietáieva logró con el idioma ruso no lo ha logrado, pienso, ningún otro escritor. No estoy hablando de sentido, estoy hablando de sonido. La manera que ella tiene de concebir y modelar el lenguaje, de pulverizar las palabras (…)
(También se consultó el Blog El pájaro verde https://elpaxaruverde.blogspot.com/2017/02/pequena-marina-gran-musia.html?m=1 (Consultado el 26 de septiembre de 2025)
Los poemas que siguen fueron tomados del portal digital de la Revista Altazor. (Versión al español de Selma Ancira y Francisco Segovia.)
Del ciclo: «Magdalena»
(Poema 3)
De tus rumbos no voy a preguntarte, Pues todo se ha cumplido ‒ ¡Mi adorada! Cuando estaba descalzo, me calzaste Con el chubasco de tu pelo Y ‒ de tus lágrimas No voy a preguntarte por el precio Que por esos aceites tú pagaste. Cuando estaba desnudo, con la ola Del cuerpo me inundaste ‒ como cota Completo me rodeaste. Tu desnudez repasarán mis dedos Sin ni siquiera pronunciar palabra alguna. Yo era recto, mas tú, a mis pies cayendo, Me enseñaste la inclinación de la ternura. Hazme entre tus cabellos una fosa, Sin lino empáñame. ‒ ¡Tú que das mirra! Y yo ¿quiero su aroma? Tú me lavaste Como una ola.
31 de agosto de 1923
Para S.E.
Yo me puse a escribir en la pizarra, Y en las hojitas de abanicos secos, Y en la arena del río, y en el mar, Con los patines sobre el hielo, con el anillo en el cristal, Y en los troncos, que tienen cientos de años, Y al final ‒ ¡porque todos se enterarán! ¡De que eres tú mi amado! ¡amado! ‒ ¡amado! Firmé ‒ con el arcoíris de los cielos. ¡Deseaba que cada uno floreciera A mi lado en los párpados! ¡Debajo de mis dedos! Mas luego, con la frente apoyada en la mesa, Cruz sobre cruz fui tachando ‒ el nombre… Mas tú, ¡oprimido en la mano venal Del grabador! ‒ ¡Tú, tú que me muerdes el corazón! ¡Al que no he traicionado nunca! ¡Dentro del anillo! Tú ‒ quedarás intacto sobre las tablas de la ley.
18 de mayo de 1920
[i] 26 de septiembre de 1892, según el calendario juliano.
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